BASES METAFÍSICAS
LA REALIDAD ES ETERNA
E INFINITA
La realidad o lo
existente (el ser, para los filósofos), comúnmente llamado mundo
–aunque no necesariamente coincidente con él-, no puede ser sino
eterna, sin inicio en el tiempo.
De
no serlo, hay dos opciones para explicar como ha salido de la nada,
las dos imposibles:
1)
Que haya surgido de la nada por sí misma;
2)
Que otro ser –comúnmente llamado Dios (como ser personal)- la haya
creado o hecho surgir de la nada.
La
opción 1) es imposible porque ninguna realidad puede hacerse a sí
misma si no es de algo existente.
En
la opción 2), cabe analizar:
a)
¿Cómo surgió este ser llamado Dios? Repele a la razón que haya
surgido de otro ser –porque entonces habría que explicar cómo
surgió ese otro ser- ni que se haya creado a sí mismo –por lo
dicho de la opción 1)-, con lo que debe ser eterno.
b)
¿Cómo creó Dios al mundo? Es imposible que haya podido crearlo de
la nada, porque nada se hace de la nada. Sólo cabe que le haya dado
existencia tomando algo de sí mismo, con lo que la realidad o mundo
no se distinguiría de él.
c)
¿Por qué creó Dios al mundo? Si Dios es perfecto, ¿cuál es la
razón por la cual en un momento determinado se decidió a crear el
mundo? O bien algo le faltaba -con lo cual no es perfecto y
contradice su misma idea-, o bien debía necesariamente crear el
mundo -con lo cual no es todo lo que existe, pues hay una razón
ajena a sí mismo, y de por sí más poderosa que él, que le obliga
a crear.
Tampoco es posible que
la realidad tenga final –que deje de ser-, siempre será
algo. La nada es imposible que exista antes o después.
Y la realidad es
ilimitada en el espacio o infinita, porque no es posible
encontrarle un término espacial, que más allá del universo o lo
existente nada exista, porque la nada no tiene entidad, precisamente
es lo que no existe.
LA REALIDAD ES
CAMBIANTE
Se expresa en una
ilimitada cantidad de formas que están en cambio continuo, de seres
que pasan de una forma a otra y se transforman de un ser en otro.
LA REALIDAD ES UNA
Es -y siempre ha sido-
la única existente, precisamente porque es eterna e infinita, lo
llena todo, es el todo. Podría darse que exista otro u otros mundos,
lo que explicaría el inicio de este mundo que observamos según los
científicos, a partir del “big bang” u otra manera de formarse.
Este mundo podría así haberse formado a partir de alguna realidad
existente en otro mundo.
El ser o la realidad es
uno o único. No requiere de otro ser (verbigracia, de Dios) para
poder explicarlo. Más aún, sería imposible explicar este ser
distinto a la realidad y a su vez creador de la misma.
LA REALIDAD TIENE
ORDEN Y FINALIDAD
Está sujeta a una serie
de leyes que sugieren un orden hacia un fin. Se muestra en
innumerables formas y se perfecciona constantemente, se adapta a las
nuevas realidades y cambios. Y sin que conozcamos cómo, ha dado
lugar a la existencia de seres inteligentes y creativos, que recrean
la realidad y manifiestan actos de libertad.
Y no existiendo un ser
llamado Dios que sería quien le dio orden y finalidad a lo
existente, cabe preguntarse cómo la realidad por sí misma se ha
dado un orden sumamente desarrollado (pensemos nomas en la
complejidad de cualquier ser vivo). Este es el mayor enigma
metafísico.
No obstante, no es
contradictorio pensar que el ser encierre en sí mismo finalidad. Así
como la realidad tiene sentido por el mismo hecho de ser (según el
principio de razón suficiente) también en sí misma radica la idea
de desarrollo y superación, que ha dado lugar a la aparición de un
sinnúmero de seres y de la mayor variedad, los cuales a su vez se
perfeccionan constantemente y hacen surgir otros seres.
LA IDEA DE DIOS
La idea de la existencia
de Dios (entendido como una persona, un ser independiente y libre),
como vimos, es contradictoria en sí misma porque un ser perfecto no
necesita crear nada extraño a sí mismo, y si se decidiera a crear,
no sería sino algo que es Él mismo.
Pero además existen
otras contradicciones en esta idea. Algunas son las siguientes:
- La creación de otros seres entraña asimismo la creación de la relación creador-creatura, es decir la relación amo-siervo. Por cuanto todo ser creado deberá cumplimentar las normas o leyes impuestas por su creador, para continuar con su existencia o para cumplir con su propósito. Pero la idea de sometimiento es contradictoria con la de un ser bueno y magnánimo que sólo desea el bien para los demás. Pues el ser creado que no cumple con tales normas impuestas, necesariamente sufrirá los castigos correspondientes, castigo que puede consistir incluso en la disolución de su propia existencia, la cual tarde a temprano ocurre inexorablemente. Y por supuesto, la libertad no existiría en absoluto.
- Se argumenta que Dios ha creado por amor, porque quería participar a otros seres de sus dones o bienes, en primer lugar del don de la existencia. Sin embargo, dada la multiplicidad de seres que necesariamente debió crear (por cuanto si hubiera creado un único ser extraño a sí mismo, no sería éste sino una copia de sí mismo) tales seres son extremadamente imperfectos y necesitados: de Dios que los sustente y de los demás seres que lo ayuden a sustentarse. Más aún, no tenemos evidencia de ser alguno que no tenga fin en su existencia, con lo cual no se advierte el sentido de que existan, por más que algún sentido deben tener pero no revelado por ese Dios. Un ser que ama a otro, intenta proveerle todas las herramientas para que sea feliz, se hace presente al mismo y le ayuda en todo lo que necesite. Lo cual no tenemos de tal ser que sería Dios, pues ni se nos revela personalmente, ni nos indica lo que nos conviene hacer o por qué y para qué existimos, ni nos ayuda (al menos no a todos ni en todo momento) en situaciones de absoluta angustia y dolor.
- Si Dios quiere que lo reconozcan, lo amen e intenten parecerse a Él, no se entiende por qué no se nos evidencia su existencia. Es como que tenemos que descubrirlo, mientras Él juega a las escondidas. Las religiones afirman que en algún momento Dios se ha hecho presente en alguno de sus profetas, o incluso en sí mismo como asevera el cristianismo (que se ha hecho hombre para padecer y morir por nosotros; pero sin dudas nunca murió pues de lo contrario hubiera desaparecido su creación). Pero eso fue en todo caso en algún momento de la historia humana, y ante algunos seres humanos; ¿y qué pasa con cada uno de nosotros, que no vivimos en aquella época y aquel lugar? ¿nuestra única alternativa es creer en lo que narran aquellos que supuestamente lo conocieron y que ya ni existen, es confiar de la fragilidad de la memoria humana hecha historia?
- En el mundo se evidencia una grandiosidad sin límites, tanto en tamaño como en diversidad, complejidad, armonía, orden… Pero todo ello con una ceguera manifiesta, es decir, sin consideración alguna. El bien del universo o del proceso es siempre anterior al de cualquier individuo, sea quien sea. Los cambios deben producirse necesariamente, sin importar el costo en cuanto a los individuos que deban sufrir o desaparecer. Esta realidad es contradictoria con la idea de un Dios justo y bondadoso, que nos protege y provee todo lo necesario para nuestro desarrollo, bienestar y sobrevivencia. Y en este cambio necesario, inexorablemente todo individuo pierde su existencia.
- Tampoco es comprensible ni aceptable la idea de un Dios Padre, presente en algunas religiones y en especial en el cristianismo, en el cual Jesús o Cristo llama así a Dios y pretende que sus seguidores le consideren de igual manera. Porque un buen padre quiere en primer lugar lo mejor para sus hijos, y hace todo lo posible para que tengan todo lo que necesitan para existir, para evolucionar y para ser felices. Lo cual Dios (entendido como una persona) podría lograr con total perfección, por cuanto todo lo sabe y todo lo puede. Sin embargo, es evidente la desprotección continua que padecemos, la ignorancia total en la cual estamos sumergidos acerca de cual es nuestro origen, nuestra esencia y nuestro destino, y estamos teorizando continuamente sobre ello pero sin conocer con certeza la verdad de nuestro ser y de las demás cosas. ¿Acaso un buen padre no trata de transmitirle lo que sabe a sus hijos? Y si bien algunas personas gozamos bastante de las bondades de la vida, parece que con algunas la realidad se ensaña para hacerles padecer todo tipo de tribulaciones: enfermedades, accidentes, pérdidas de afectos, carencias de satisfacción a las necesidades más elementales... y hasta horribles muertes. ¿Puede un buen padre ser tan insensible, tan ausente, tan duro e inflexible?